
Los conflictos laborales son problemas que surgen dentro de un entorno profesional. Son peleas entre miembros de una misma organización y sea por diferencia de percepciones u opiniones. Para mantener un buen ambiente en el trabajo, es importante conocer cuáles son los tipos de conflictos laborales.
Estos conflictos pueden surgir por diversas causas como una mala comunicación, diferencia entre personalidades, presión laboral o conflicto de intereses, entre otros.
Existen 6 diferentes tipos de conflictos laborales
- Intrapersonales: Sucede cuando se tiene un problema o conflicto con uno mismo. Puede ser una inconformidad con la carga laboral o por la frustración y el estrés que surgen por la incapacidad de terminarla.
- Interpersonales: Surgen entre uno o más trabajadores de la organización, ya sea entre los mismos compañeros o con el personal directivo de la empresa.
- Intragrupales: Son conflictos que se dan dentro de un grupo, área o departamento específico dentro de la empresa.
- Intergrupales: Son problemas entre distintas áreas o departamentos de una misma empresa.
- Interorganizacional: Son conflictos que surgen entre empresas diferentes.
- Colectivos: Surgen cuando una misma situación afecta de forma negativa a la mayoría de los empleados, quienes se muestran inconformes con las decisiones tomadas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), durante el año 2020 se presentaron 189,543 conflictos de trabajo a nivel nacional. De estos casos el 99.8% (189 190) fueron conflictos individuales y 0.2% (353) fueron conflictos colectivos.

Principales causas de los conflictos laborales
Dentro de todas las organizaciones existen diferencias entre los colaboradores que pueden representar una causa frecuente por la que inician los conflictos.
– Falta comunicación
Una comunicación deficiente incrementa la posibilidad de generar conflictos laborales. Brindar informaciones incompletas o falsas, así como hablar por medios no apropiados pueden incrementar el riesgo.
– Conflicto de intereses
Surgen principalmente a la hora de tomar decisiones o acciones que puedan repercutir directamente en alguno de los trabajadores o directivos. Ya sea por no adecuarse a sus roles o a las metas propuestas.
– Personalidades tóxicas
Empleados o empleadores que tienden a tener un carácter agresivo. Difundir rumores, promover la competitividad, hacer algún acto de discriminación o acoso, son factores que propician un mal ambiente laboral.
– Escasez de recursos
Falta de políticas para la resolución de conflictos laborales, poca disponibilidad al diálogo, así como la falta de recursos materiales, incrementan el malestar en los empleados.
– Presión y estrés
La sobrecarga de trabajo y el reparto inequitativo de tareas generan un desgaste en el trabajador, quien se sentirá agobiado y poco reconocido. Esta presión aumenta la probabilidad de sufrir el Síndrome del Burnout, también conocido como “Síndrome del trabajador Quemado”.
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Para mejorar el ambiente laboral y evitar los conflictos laborales, es necesario identificar cuál es el motivo principal de estos.
Capacitar constantemente a tus trabajadores y entender la causa de los problemas, te ayudará a detectar la mejor forma para resolver estos problemas en el trabajo.